La reciente investigación sobre el desarrollo del lenguaje en niños y
adolescentes con síndrome de Down demuestra la existencia de un trastorno
específico en el lenguaje expresivo en las personas con síndrome de Down , si
se comparan los niños con desarrollo normal y emparejados con una misma edad
mental no verbal. Los retrasos aparecen primero en las conductas comunicativas
no verbales de petición que tratan de pedir, aunque la frecuencia de gestos
como sustitución de comentarios mediante es similar. Si bien los primeros hitos
del lenguaje surgen en momentos que son coherentes con el desarrollo cognitivo
general del niño, se aprecian una frecuencia más lenta de desarrollo en el
léxico y en la sintaxis expresivos en los informes de los padres y muestras de
lenguaje posteriores. Existen diferencias individuales en el grado de retraso
del vocabulario expresivo; el 35% de los niños pequeños estudiados por Miller
tenían índices que eran coherentes con su edad mental no verbal. Los informes
de los padres son fiables.
El desarrollo del lenguaje, tanto en lo que se refiere a la comprensión como a
la producción, continúa a lo largo de la adolescencia y primera etapa de la
adultez, abriéndose una divergencia creciente entre comprensión y producción y,
dentro de estos procesos, entre vocabulario y sintaxis. Hacen falta muestras de
lenguaje narrativo, más que conversativo, para demostrar el progreso continuado
y la aparición de una sintaxis compleja. Los niños con síndrome de Down
muestran tasas más lentas de desarrollo en la morfología gramatical, como
ocurre en los niños que muestran trastornos específicos de lenguaje expresivo
en inglés, pero que por lo demás se desarrollan con normalidad. Tienden también
a omitir verbos.
La comprensión del vocabulario es uno de los puntos fuertes, cuando se compara
la ejecución con los test de comprensión sintáctica o con las mediciones de
edad mental en los adolescentes. La contribución de la edad cronológica a la
predicción de la comprensión de vocabulario en la adolescencia sugiere que la
mayor variedad en las experiencias vitales de los adolescentes con retraso
mental puede contribuir a la mayor variedad que se aprecia en la comprensión de
vocabulario. Téngase en cuenta que la práctica de usar el PPVT, un test de
comprensión de vocabulario, como medición de la edad mental pondrá en
desventaja sistemáticamente a los adolescentes con retraso mental frente a los
controles con desarrollo normal, en otras mediciones de lenguaje y cognición.
El aprendizaje rápido para asociar palabras nuevas con objetos nuevos en la
comprensión, es mejor cuando se proporcionan buenos prototipos de categorías de
nuevos objetos. La capacidad para emitir la palabra requiere normalmente mayor número
de exposiciones para todos los individuos, en los niveles iniciales preoperativos
de desarrollo. La adquisición de palabras en los estados internos es más lenta
y más sujeta al contexto que en los controles de igual edad mental, lo que
refleja un déficit en el lenguaje expresivo. Si se analiza la identificación
por sus nombres de fotos de familiares, por parte de adolescentes y adultos
jóvenes con síndrome de Down en comparación con controles emparejados por CI o
por edad mental, se demuestra que no hay dificultad en la selección adecuada de
palabras por parte de los primeros, ni en lo que se refiere a la precisión ni
en lo que se refiere a velocidad.
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