viernes, 18 de octubre de 2013

El corazón y el Síndrome de Down




Las anomalías del sistema cardiovascular son comunes en el síndrome de Down. Aproximadamente la mitad de todos los niños que nacen con síndrome de Down tienen un defecto cardíaco. Muchos de estos defectos tienen implicaciones serias y es importante comprenderlos y entender cómo pueden afectar al niño, de modo que se pueda suministrar el tratamiento médico adecuado.

¿Cuáles son los defectos cardíacos más comunes en niños con síndrome de Down?

Los defectos más comunes son el defecto septal aurículoventricular (formalmente llamado defecto de relieve endocárdico), defecto septal ventricular, conducto arterioso persistente y tetralogía de Fallot.

¿Qué es un defecto septal auriculoventricular?

El defecto septal aurículoventricular está provocado por una falla del tejido para unirse en el corazón durante la vida embrionaria. Esto provoca una gran abertura en el centro del corazón, generalmente con un orificio entre las dos cámaras expulsoras (un defecto septal ventricular) y entre las dos cámaras colectoras (un defecto septal auricular), así como anomalías de las dos válvulas aurículoventriculares, la mitral y la tricúspide. De los niños con síndrome de Down que nacen con enfermedad cardíaca congénita, el defecto septal aurículoventricular es el más común. En casos menos severos, los defectos septales ventriculares y los defectos septales auriculares pueden ocurrir en forma separada.

¿Qué es el conducto arterioso persistente?

El conducto arterioso es un canal entre la arteria pulmonar y la aorta. Durante la vida fetal desvía la sangre y la aleja de los pulmones porque la sangre prenatal ya viene oxigenada de la madre. Después del nacimiento, este canal suele cerrarse en el primer día de vida. Si eso no ocurre, se denomina "persistente" y produce un aumento del flujo de sangre hacia los pulmones.


¿Qué es la tetralogía de Fallot?

Este término designa un cuadro cardíaco formado por cuatro anomalías:

1) Defecto septal ventricular2) Estrechamiento del pasaje desde el ventrículo derecho hacia los pulmones
3) Agrandamiento ventricular derecho importante debido al excesivo volumen de sangre y
4) Agrandamiento de la aorta, que lleva sangre desde el ventrículo izquierdo al resto del cuerpo.



¿Cuál es la relación de los defectos cardíacos y el sistema respiratorio?

Los pulmones de los niños con síndrome de Down no se desarrollan tan completamente como los de la población general. En consecuencia, el crecimiento de los vasos sanguíneos en todos los pulmones es limitado. Las arterias estrechadas de los pulmones tienen potencial para consecuencias duraderas debido al aumento de la presión y el flujo de sangre en los pulmones.

¿Cómo se diagnostican los defectos?

Algunos niños con síndrome de Down y defectos cardíacos importantes presentarán insuficiencia cardíaca, dificultad para respirar y fallas para superar el período neonatal; sin embargo, debido a que en algunos niños el defecto no es aparente al principio, es importante que todos los niños nacidos con síndrome de Down, incluso aquellos que no tienen síntomas de enfermedad cardíaca, se realicen un ecocardiograma durante los primeros dos o tres meses de vida. Algunas enfermedades cardíacas también se identifican a través de los estudios prenatales por ultrasonido .

¿Qué tratamiento se recomienda?

Se recomienda la cirugía cardíaca para corregir los defectos y debe realizarse antes de los cinco o seis meses para prevenir el daño pulmonar. Aunque la complejidad de los defectos aumenta el riesgo de cirugía un poco por encima de la cirugía en niños sin síndrome de Down, el tratamiento quirúrgico exitoso permitirá que muchos niños con problemas cardíacos progresen tan bien como cualquier otro niño con síndrome de Down nacido con un corazón normal. Pueden existir defectos residuales (tales como válvulas imperfectas en los casos de defecto septal aurículoventricular), pero su efecto sobre la salud suele ser mínimo.


¿Cuáles son las pautas para elegir un hospital?

Se debe buscar un centro médico que tenga experiencia en cirugía cardíaca con niños pequeños y experiencia en operaciones en niños con síndrome de Down en particular. Un hospital con experiencia es aquel que realiza al menos 10 de estas operaciones por año, con un buen índice de supervivencia.

¿Qué se debe considerar al momento de seleccionar un equipo quirúrgico?

Nuevamente, el factor de elección determinante debe ser la experiencia, junto con la relación de los padres con el médico. Es importante que se seleccione un anestesiólogo con experiencia, ya que los niños con síndrome de Down suelen tener problemas en las vías aéreas.








The National Advocate for People with Down Syndrome Since 1979

sábado, 12 de octubre de 2013

¿Cómo reconocer cuándo mi hijo presenta algún problema de lenguaje?


Es fundamental que los padres observen constantemente a sus hijos para poder evaluar si se necesitan intervención de un Terapista de Lenguaje u otro especialista.  Para lo cual los padres o cuidadores deben:


- Informarse sobre los parámetros de un sano desarrollo infantil para poder evaluar a sus propios hijos. 
- Deben observar a los niños para comparar su desarrollo con otros niños de la misma edad y/o información que sepan acerca del tema. 


La observación constante de padres y personas cercanas al niño deben ser objetivas para determinar si es necesaria la ayuda de un profesional. Muchas veces se cree que el niño no se comunica o no habla o es diferente porque es engreído, o porque cada uno tiene su ritmo de desarrollo.
Hay logros en el lenguaje que deben darse como máximo a determinada edad, si el niño no las alcanzara será necesario acudir a un profesional. Muchos padres no toman atención a estos signos y recién toman cartas en el asunto cuando el niño tiene 4 a 5 años al darse cuenta que su hijo no puede socializarse con los demás niños. Se debe llevar a un especialista para realizar una evaluación de presentarse cualquiera de las siguientes características:

•Un bebé que no establece contacto visual (mirar a la cara) con una persona que le habla y/o que no señala sus objetos de interés, son signos de que algo puede suceder, dada su corta edad se le debe observar constantemente para ver si aparecen otros signos y llevarlo con un especialista. 
•Un niño que no establece contacto visual (mirar a la cara) con la persona que le habla. 
•Hasta los 7 meses el bebé no muestra algún signo de vocalización, sonidos, monosílabos, etc. 
•Hasta los 7 meses de edad no muestra reacción o presenta poca reacción ante la voz humana o sonidos en general. 
•A partir de los 9 meses de edad, el bebé no puede comprender a los demás o tiene dificultad para hacerlo; muchas veces el bebé al no sentirse capaz de hacerlo deja de intentarlo y los padres creen que se trata de un bebé tranquilo o que el bebé se está haciendo el desentendido a sabiendas. 
•Hasta los 18 meses no habla palabras de uso cotidiano. 
•Hasta los 24 meses no dice frases de 2 palabras. 
•A los 24 meses el niño debe poder comunicarse claramente con los demás usando gestos y palabras. 
•Al comenzar a hablar tiene tartamudez. 
•A los 3 años personas que no son cercanas a él no pueden entenderlo o les cuesta mucho entenderlo. 
•A los 4 años no puede decir una oración correctamente. 
•A los 5 años no puede pronunciar bien todos los sonidos del alfabeto.

sábado, 27 de abril de 2013

Destrezas del habla y el lenguaje en niños y adolescentes con Síndrome de Down




Los niños con síndrome de Down tienen fortalezas y desafíos en el desarrollo de las habilidades comunicacionales, incluso destrezas de lenguaje receptivo (comprender) y expresivo (hablar y componer oraciones) y de lectura. Es necesario un equipo para ayudar a que los niños y los adolescentes progresen bien en el habla y el lenguaje, incluyendo patólogos del habla y el lenguaje, médicos, maestros, educadores especiales y familias. Los patólogos del habla y el lenguaje tienen información y conocimientos para ayudar a tratar los problemas del habla y el lenguaje que enfrentan muchos niños con síndrome de Down. Los médicos tratan los cuadros de oído, nariz y garganta, los problemas metabólicos y hormonales que pueden afectar la respiración, la audición, la voz y la articulación. El aprendizaje escolar se basa en el lenguaje y el maestro del aula y el educador especial, así como el patólogo del habla y el lenguaje ayudan a modificar el lenguaje y el plan de estudios para ayudar a que los niños aprendan. Los padres juegan un papel importante en el desarrollo del habla y el lenguaje de su hijo porque las actividades de comunicación diarias y en el hogar son el centro de la comunicación.

¿Cuáles son las características del lenguaje de los niños y los adolescentes con síndrome de Down?

La investigación y la experiencia clínica demuestran que algunas áreas del lenguaje suelen ser más difíciles para los niños con síndrome de Down mientras que otras áreas son relativamente más fáciles. Los niños con síndrome de Down tienen fortalezas en el área de vocabulario y pragmáticas (lenguaje interactivo social). Suelen desarrollar un vocabulario rico y variado a medida que maduran. Tienen buenas destrezas interactivas sociales y usan los gestos y las expresiones faciales eficazmente para ayudarse en la comunicación. Generalmente tienen el deseo de comunicarse e interactuar con las personas. La sintaxis y la morfología (incluyendo la gramática, los tiempos verbales, las raíces de las palabras, los sufijos y los prefijos) son las áreas más difíciles, posiblemente debido a su naturaleza compleja y abstracta. Los niños con síndrome de Down frecuentemente tienen dificultad con la gramática, los tiempos verbales y los finales de las palabras y usan oraciones más cortas para comunicarse.

La mayoría de los niños con síndrome de Down pueden entender mucho más de lo que pueden expresar. Como consecuencia, los puntajes de las pruebas para el lenguaje receptivo son más altos que para el lenguaje expresivo. Esto se conoce como brecha receptiva-expresiva.

Los niños con síndrome de Down aprenden bien a través de medios visuales y frecuentemente la lectura y el uso de programas de computación enfocados en destrezas del lenguaje pueden ayudarlos a aprender. Ver palabras e imágenes asociadas con sonidos y ser capaces de leer palabras puede ayudar a desarrollar el habla y el lenguaje. Para algunos niños, la palabra escrita ofrece una indicación útil para el uso de lenguaje expresivo.

Existe un amplio espectro de habilidades que los niños con síndrome de Down demuestran cuando usan el habla. La inteligibilidad del habla (habla que puede comprenderse fácilmente) es una de las áreas más difíciles para las personas con síndrome de Down en todas las edades. Muchos niños tienen dificultades con la fortaleza, el momento oportuno y la coordinación de los movimientos musculares para el habla. El habla implica la coordinación de la respiración, la voz (fonación) y la forma en que se producen los sonidos (articulación). Los factores que contribuyen con los problemas de inteligibilidad del habla incluyen: problemas de articulación con sonidos específicos, disminución del tono muscular oral y facial, dificultad con el procesamiento sensorial y retroalimentación táctil oral, uso de procesos fonológicos (como excluir los sonidos finales de las palabras) y dificultades en la planificación motora del habla.

¿Qué hace el patólogo del habla y el lenguaje?

El patólogo del habla y el lenguaje puede evaluar y tratar las dificultades del habla y el lenguaje que experimentan los niños y los adolescentes con síndrome de Down. Pueden ayudar a desarrollar un plan de tratamiento integral que trate todas las áreas en las que el niño puede experimentar dificultades, incluso lenguaje receptivo y expresivo, semántica (vocabulario), sintaxis (gramática), pragmática (uso de destrezas del lenguaje, sociales y conversacionales) destrezas para el lenguaje en el aula, habla, planificación motora oral y fortalecimiento motor oral. Los terapistas de lenguaje o patólogos pueden trabajar con las familias y los maestros para designar e implementar un programa eficaz en la escuela, el hogar y la comunidad para ayudar a los niños a desarrollar habilidades efectivas de comunicación.
¿Cuáles son las destrezas de lenguaje que se necesitan para la escuela?

Los padres pueden ayudar trabajando como un equipo con el personal de la escuela para desarrollar un programa de tratamiento individualizado (Programa Educativo Individualizado). Los PI de habla y lenguaje pueden incluir diagnóstico y evaluación, sesiones de terapia individual, sesiones de terapia grupal, sesiones de terapia basada en el aula y metas de resultados. El PI también puede incluir provisiones de información, consulta y orientación para padres y maestros de clase.

Cuando los niños están en ambientes de inclusión, el patólogo del habla y el lenguaje pueden consultar al maestro para suministrar información sobre las necesidades de habla y lenguaje de un niño, y pueden sugerir modificaciones, como ofrecer al estudiante instrucciones escritas y no verbales o incluir menos ítems en una hoja de clases. Pueden usarse acomodos como asientos preferenciales para ayudar con problemas de audición y escucha. Las destrezas para el aprendizaje en el aula incluyen conocimiento de la materia, seguimiento de instrucciones y de rutinas de aprendizaje para el aula. Otras destrezas de comunicación necesarias para una experiencia educativa exitosa incluyen la habilidad para hablar e interactuar con otros niños, maestros y personal de la escuela, tales como el conductor del transporte escolar, el conserje.

Es difícil para los niños en la escuela cuando el maestro y los demás niños no comprenden su habla y su lenguaje. Algunas veces, los problemas de conducta están relacionados con la frustración por no ser comprendidos y se debe explorar la relación entre la comunicación y el comportamiento. En las escuelas, es posible enviar a un niño para un Análisis conductual funcional. En base a los hallazgos, se puede desarrollar un Programa de intervención de conducta positiva.



Por Libby Kumin, PhD, Profesora de Patología del Habla y el Lenguaje y Audiología de la Loyola University en Maryland

miércoles, 10 de abril de 2013

Los cuatro pilares




Todos estamos de acuerdo en que el objetivo primordial es conseguir que la persona con síndrome de Down alcance en su edad adulta el bienestar físico y anímico que le permita participar con satisfacción en la vida laboral y social. Es una carrera larga, muy larga y llena de dificultades, y es la familia quien le va a acompañar a lo largo de todo su recorrido. Por consiguiente, en la familia hemos de volcar nuestros recursos, tiempo y dedicación. Porque dar seguridad a la familia –es decir, hacer que se sienta segura en sus actuaciones– significa que la familia transmitirá esa seguridad a su hijo. Una persona que crece en un ambiente de seguridad (que no tiene nada que ver con la sobreprotección) es una persona que va alcanzando seguridad en sí misma. En consecuencia, la acción de las instituciones y de los profesionales hacia las familias debe estar fundamentada sobre estos cuatro pilares.

El primero consiste en ofrecer y actuar con calidez, sensibilidad, cercanía, singularidad, interés, acompañamiento. Es su hijo. Es su problema. Probablemente el mayor problema que la familia ha tenido jamás. Al menos, esa es la percepción que al principio se suele tener. No es fácil mantener ese ambiente porque significa que en todo momento nos tenemos que poner “en el lugar del otro” aun cuando a veces veamos de inicio que no tiene razón. Y para ello hay que cuidar mucho el primer contacto. La relación humana, el detalle cordial, es el bálsamo que suaviza el contacto; y nada alegra y anima más unos padres que el comprobar que su hijo no es un número más en la institución sino que es él, con su nombre y apellidos, con su día de cumpleaños, con sus necesidades concretas.

El segundo pilar de nuestra acción de apoyo es la convicción de que, para que la familia crezca en seguridad, ha de crecer en formación. Si la familia va a ser el agente permanente y vigilante, tiene que adquirir conocimiento, información y formación. No es nada sencillo porque la variedad de situaciones no tiene límites. Nunca como ahora hemos dispuesto de tantos medios e instrumentos de información; pero adquirirla, entenderla, asimilarla, retenerla y aplicarla requieren un esfuerzo que no todos están dispuestos a afrontar. Podemos gastar miles de horas en ver, pero no dedicar ni una a leer, y menos a estudiar. Queremos la receta rápida, el consejo inmediato, la solución al instante. Pero si nos dicen que tenemos que analizar el caso, valorar las circunstancias, conocer las alternativas para elegir la que pueda resultar más adecuada a ese caso concreto… Eso cuesta, porque hay que leer, informarse, comparar, consultar aquí o allá. Pues bien, si queremos que sea la familia la que tome la alternativa, es decir, se convierta en protagonista a la hora de tomar decisiones con conocimiento informado, tenemos que irle metiendo poquito a poco el venenillo del conocimiento. En definitiva, ¿de qué se trata? Se trata de saber prestar apoyos a la familia de tal manera que cada vez los necesiten menos.

El tercer pilar está constituido por la acción individualizada. La persona con síndrome de Down tiene nombre y apellidos. Sus características y sus necesidades son únicas e intransferibles. Por consiguiente, el apoyo ha de ser, en lo posible, “a la carta”. Cuando hablamos de control de calidad de un servicio hablamos del servicio aplicado a las necesidades concretas del individuo. En el caso de la discapacidad nada hay tan específico como las necesidades que cada persona tiene y los apoyos que requiere. Así, pues, el servicio prestado a la familia ha de ser un servicio plenamente adaptado, en el que prime por encima de todo el interés por la familia. Puede haber conflictos de intereses, por supuesto, pero hay que hacer el esfuerzo por adaptarse a las necesidades de la familia. Y en ese sentido debe quedar bien claro que las familias no están al servicio de los profesionales dentro de una institución, sino exactamente al revés: los profesionales al servicio de las familias. Las instituciones se constituyen y organizan para “servir a”, aunque parece que algunas piensan más en “servirse de”.

El cuarto pilar es la consideración de que la acción es a largo plazo. Afrontamos una circunstancia particular, la del síndrome de Down, que se caracteriza por su permanencia desde el nacimiento hasta la muerte. Los lazos entre la persona y su familia son más que nunca indisolubles, porque aunque sean cada vez más frecuentes las situaciones de vida autónoma e independiente de los adultos, sabemos muy bien que esas situaciones son relativas por cuanto siempre exigen apoyos de mayor o menor intensidad, y esos apoyos directa o indirectamente van a ser prestados por la familia. En consecuencia, los apoyos que nosotros prestemos a la familia han de seguir un curso evolutivo acorde con su progresión temporal, y en función de su propia historia. Hay una evolución tanto física como psicológica de la persona con síndrome de Down, y cada etapa sucesiva resulta nueva para la familia: por ello requiere el apoyo de personas o instituciones que atesoran ese gran valor que es la experiencia; una experiencia enriquecida que va acumulando y decantando su propio conocimiento, de modo que sabe desprenderse de lo anecdótico o circunstancial y sabe abrirse a los nuevos tiempos, circunstancias y posibilidades.
Canal Down21

Lenguaje y habla en las personas con Síndrome de Down






La reciente investigación sobre el desarrollo del lenguaje en niños y adolescentes con síndrome de Down demuestra la existencia de un trastorno específico en el lenguaje expresivo en las personas con síndrome de Down , si se comparan los niños con desarrollo normal y emparejados con una misma edad mental no verbal. Los retrasos aparecen primero en las conductas comunicativas no verbales de petición que tratan de pedir, aunque la frecuencia de gestos como sustitución de comentarios mediante es similar. Si bien los primeros hitos del lenguaje surgen en momentos que son coherentes con el desarrollo cognitivo general del niño, se aprecian una frecuencia más lenta de desarrollo en el léxico y en la sintaxis expresivos en los informes de los padres y muestras de lenguaje posteriores. Existen diferencias individuales en el grado de retraso del vocabulario expresivo; el 35% de los niños pequeños estudiados por Miller tenían índices que eran coherentes con su edad mental no verbal. Los informes de los padres son fiables.


El desarrollo del lenguaje, tanto en lo que se refiere a la comprensión como a la producción, continúa a lo largo de la adolescencia y primera etapa de la adultez, abriéndose una divergencia creciente entre comprensión y producción y, dentro de estos procesos, entre vocabulario y sintaxis. Hacen falta muestras de lenguaje narrativo, más que conversativo, para demostrar el progreso continuado y la aparición de una sintaxis compleja. Los niños con síndrome de Down muestran tasas más lentas de desarrollo en la morfología gramatical, como ocurre en los niños que muestran trastornos específicos de lenguaje expresivo en inglés, pero que por lo demás se desarrollan con normalidad. Tienden también a omitir verbos.




La comprensión del vocabulario es uno de los puntos fuertes, cuando se compara la ejecución con los test de comprensión sintáctica o con las mediciones de edad mental en los adolescentes. La contribución de la edad cronológica a la predicción de la comprensión de vocabulario en la adolescencia sugiere que la mayor variedad en las experiencias vitales de los adolescentes con retraso mental puede contribuir a la mayor variedad que se aprecia en la comprensión de vocabulario. Téngase en cuenta que la práctica de usar el PPVT, un test de comprensión de vocabulario, como medición de la edad mental pondrá en desventaja sistemáticamente a los adolescentes con retraso mental frente a los controles con desarrollo normal, en otras mediciones de lenguaje y cognición.



El aprendizaje rápido para asociar palabras nuevas con objetos nuevos en la comprensión, es mejor cuando se proporcionan buenos prototipos de categorías de nuevos objetos. La capacidad para emitir la palabra requiere normalmente mayor número de exposiciones para todos los individuos, en los niveles iniciales preoperativos de desarrollo. La adquisición de palabras en los estados internos es más lenta y más sujeta al contexto que en los controles de igual edad mental, lo que refleja un déficit en el lenguaje expresivo. Si se analiza la identificación por sus nombres de fotos de familiares, por parte de adolescentes y adultos jóvenes con síndrome de Down en comparación con controles emparejados por CI o por edad mental, se demuestra que no hay dificultad en la selección adecuada de palabras por parte de los primeros, ni en lo que se refiere a la precisión ni en lo que se refiere a velocidad.

http://empresas.mundivia.es/downcan/fenotipo.html

sábado, 6 de abril de 2013

Los primeros pasos para mejorar el babeo en los niños





Para muchos padres de niños con necesidades especiales, babeo es un problema común, pero difícil de abordar. Cuando un niño es pequeño, es normal que babear como dentición estimula las glándulas en la boca. Sin embargo, babeo más adelante en la vida es un problema más grave que puede ocurrir debido a varias razones, incluyendo anormalidades tragar saliva, dificultad para mover a la parte posterior de la garganta, y la inestabilidad de la mandíbula.Dependiendo de la causa, los tratamientos disponibles variar desde medicamentos y cirugías para la terapia y tratamientos. Sin embargo, es importante recibir un examen del oído, nariz y garganta e identificar la causa antes de decidir sobre la mejor manera de mejorar la condición de su hijo.
Entre los padres de niños con problemas neurológicos, sin embargo, muchos tienen la misma pregunta: ¿cómo puedo mejorar mi hijo está babeando sin necesidad de utilizar la cirugía o medicamentos? Para poder responder a esto, como mencionamos en nuestro artículo anterior, no se puede simplemente mirar y tratar un aspecto de la condición de su hijo. Si se trata de la función de un niño babea, la visión o la integridad física, son temas que no pueden ser tratados con éxito sin tener en cuenta el estado general del niño. A partir de esta visión general, usted será capaz de ver cómo una deficiencia en un área inadvertidamente causan deterioro en otras funciones de un niño. Si no se abordan estos temas, un niño puede caer en una montaña rusa de funciones compensatorias, que luego se iniciará una bola de nieve en una serie de problemas más graves y complejos que afectan a cada parte de su cuerpo. La importancia del control del tronco


Cuáles son los primeros pasos para abordar este problema? Todo comienza con el tronco, que es el núcleo del cuerpo. Al buscar formas de mejorar el babeo, una de las primeras áreas que comprobar es si el tronco se ha desarrollado adecuadamente. Con el control del tronco, el niño es capaz de hacerse con el control de su cuello, lo que conduce a la mejora de su expresión facial y el control facial. Al reducir la tensión en el cuello y los músculos de la cara, que mejora el control de una persona de los labios, la lengua y babeando, abriendo la posibilidad de que otros tratamientos, como el habla patología del lenguaje, para tener éxito.
Por estas razones, es importante mirar realmente a la imagen global de lo que está pasando con su hijo. Enséñele todo, y no sólo ser pegado en la mejora de su baba, el habla o movimiento de la mano. Al adoptar este enfoque y pasar de un general a un punto de vista más específico, usted será capaz de satisfacer mejor las necesidades de su hijo y mejoras.
Si usted tiene alguna pregunta, me deja un comentario abajo, o no dude en enviarme un correo electrónico. Gracias a todos!
¿Cuáles son los primeros pasos que ha tomado para mejorar un niño está babeando?
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Lo que Usted debe saber del retraso del desarrollo


Retraso en el desarrollo del bebéHay ciertos hitos durante el desarrollo de un niño que se deben alcanzar en ciertas etapas de su vida. Cuando estos hitos no se alcanzan, es posible que un niño puede tener un trastorno neurológico, como parálisis cerebral, accidente cerebrovascular, lesión cerebral o retraso en el desarrollo.
Por desgracia, en muchos casos, un niño puede ser mal diagnosticado o diagnosticado con retraso debido a la incapacidad de reconocer alguna de las señales de advertencia.

Qué buscar

En este blog voy a dar consejos generales sobre qué mirar hacia fuera para que su niño se desarrolla, así como señales de alerta comunes que pueden ayudar con la detección temprana seguida de un tratamiento adecuado y el cuidado.
Al tomar nota de los progresos de su hijo y en función de su edad y de la gravedad de su condición, su niño puede ser capaz de superar su condición  y seguir progresando como cualquier otro niño.

Parálisis cerebral y retraso en el desarrollo

La parálisis cerebral es un término general que abarca un grupo de trastornos motores que pueden conducir a un deterioro físico en el desarrollo de una persona. La condición es causada por el daño a cualquier parte del cerebro de un niño y, como resultado, también puede afectar a la visión, la audición, el habla y las habilidades motoras.
Cuando esto ocurre, se produce un niño a convertirse en retraso en el desarrollo, que se define como la incapacidad para alcanzar ciertas marcas de progreso dentro de un periodo de tiempo previsto. A modo de ejemplo, a los niños que son doce meses de edad deben ser capaces de arrastrarse sobre sus manos y rodillas y se empujan a ponerse de pie.También deben estar empezando a tomar medidas mientras se apoya en algo de apoyo. Si su hijo es de unos 20 meses de edad y todavía no ha comenzado a caminar, entonces él o ella probablemente sería considerado como retraso en el desarrollo.

Intervención Temprana

Es importante mantener un ojo hacia fuera para cualquiera de las señales de advertencia que pueden alusión a retraso en el desarrollo, ya que pueden indicar un problema u otros trastornos neurológicos como parálisis cerebral. Cuanto antes de que un niño es diagnosticado, los mejores son sus perspectivas para minimizar cualquier efecto que pudiera afectar su desarrollo.

Los primeros síntomas de la parálisis cerebral pueden incluir:

1. Puños cerrados, que vienen sobre el cerebro dañado enviar impulsos a los músculos incorrectos y el tronco y que resulta en movimiento incorrecto
2. Arqueo cuando el niño se toca en la espalda;
3. Frecuentes tirar la cabeza hacia atrás cuando un padre trata de sacar al niño levantarse de una posición acostada, y
4. Rigidez en todo el cuerpo.

Algunos de los síntomas que pueden indicar una lesión cerebral, accidente cerebrovascular o parálisis cerebral son:

1. Un niño imposibilidad de rodar;
2. Preferencia por la utilización de un lado o no usando un lado del cuerpo en absoluto; y
3. Al arrastrar una pierna o una mano.
Cualquiera de estas señales podría indicar la presencia de un trastorno neurológico en el desarrollo de un bebé. Si usted observa uno o más de estos síntomas en su hijo, asegúrese de prestar atención a los movimientos de su hijo y comprobar en la condición de su hijo.

No tenga miedo de pedir

Recuerde que cada niño alcance su hito juega un papel importante en su desarrollo general, y ayuda a prepararlo para el siguiente paso. En algunos casos, puede que tenga que consultar a más de un experto en el desarrollo del niño para el consejo. No tenga miedo de hacer preguntas, y hacer la investigación tanto como sea posible. Esta es la vida de su hijo, así que lo mejor para ayudar a su niño a aprender, crecer y desarrollarse.
2012/07/13 By